Aprende indonesio online

Mi hija tiene 7 años. Actualmente vivimos en Bielorrusia y para que no olvide su segunda lengua materna y aprenda correctamente el griego, empecé a buscar un profesor nativo en internet, para hacer clases por Skype aunque yo, en ese momento, no estaba completamente segura de esa forma de estudio. Me preocupaba como la niña pudiese captar a través de la cámara la información, cuál sería el comportamiento durante la lección con un profesor a distancia y cómo sería este profesor…
El destino nos dio la oportunidad de conocer a Amalia. El primer contacto me satisfizo, pero aún tenía dudas sobre cómo podría mi hija comprender la información por Skype. Quedé agradablemente sorprendida de que las lecciones por Skype pudiesen dar resultados magníficos. A mi hija le gustan mucho las clases con Amalia e incluso hace con gusto los deberes! A la tercera lección dejé a mi hija con la profesora sin miedo.

¡Muchas gracias a María por sus clases, su paciencia y buen humor! ¡Dirigíos a ella y todo irá tan bien como me ha ido a mí! No es una estéril pérdida de dinero.

Entendiendo que las clases por Skype son una excelente posibilidad para practicar con hablantes nativos economizando tiempo y dinero, encontré por casualidad la escuela en línea Language Life. En la elección influyó la “transparente” y cómoda forma de pago y el contenido docente.
Quise dar clases con Florinda y no me equivoqué, ¡es una profesora estupenda! Tiene experiencia docente, habla bien ruso (e inglés, francés…), lo que la ayuda a explicar gramática y está atenta a los deseos del alumno. Realizamos una clase de prueba y un test, lo que ayudó a elegir los libros de texto y elaborar el plan de clase. Hago clases dos veces por semana y cada clase se compone de corrección/análisis de los deberes, gramática, lectura… Pero lo más importante es que escucho e intento entender el idioma vivo, porque podemos chatear y conversar sobre diferentes temas. Y lo que es más importante para mí, con un hablante nativo. ¡Cada vez que termino una clase ya espero con impaciencia la siguiente! ¡GRACIAS, FLORINDA!